25 oct 2016
47 (demo): la enfermedad de Artemio Rulán
La mesa de mármol tenía una esquina rota
como la primavera de aquel
En la estación perdíamos
continuamente
el tren
Era de imbéciles viajar tierra adentro
teniendo tan cerca el mar
Para salir del barrio
todo dependía de la capacidad
que tuvieras
para contar historias
Los tendales fugaban a ene
Pensábamos que metástasis
era el título de un poema
que ponía
siempre triste
a quien lo pronunciaba
Llevábamos salitre en las muñecas todo el día
En la noche lamíamos con versos las venas
Rezábamos a un dios pobre
que vivía en un azucarero rojo
y en los tragaluces del baño
Los pies fríos de diciembre hasta abril
El sitio más caliente de la casa
era la pared
que daba a la cocina
Apoyábamos allí la espalda
y contábamos hasta cincuenta
antes de meternos a dormir
Teníamos la misma
felicidad
que tienen ciertos gorriones
y la tierra que se escapa
de las macetas
La cocina era azul
Tu hombro olía a pan
La cocina era pan
Tu hombro olía azul
Artemio Rulán. Moleskine negra
Maestro en la vindicación del objeto cotidiano. Goal
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