Monte Inasa. Nagasaki por Utagawa Hiroshige. |
"En las ciudades japonesas, mucho más que en las inglesas, los dueños de restaurantes , los propietarios de salones de té, los dependientes, todos, parecen estar deseando que caiga la noche. Mucho antes de que empiece a oscurecer, ya se ven luces en los escaparates y en las entradas se encienden los letreros luminosos. Aquella tarde, al volver a la ciudad, todo Nagasaki estaba inundado de los colores que iluminan las calles a esas horas. Habíamos dejado Inasa a última hora de la tarde y cenamos en el restaurante de los grandes almacenes Hamaya. Después de cenar, nos resistíamos a dar por finalizada la jornada y fuimos a pasear por las calles a paso lento, sin ninguna gana de llegar a la parada del tranvía. Recuerdo que en aquella época estaba en boga entre las parejas jóvenes ir cogidos de la mano por la calle, cosa que Jiro y yo nunca habíamos hecho, y durante el paseo vimos a muchas parejas buscando alguna distracción. Como en muchas de esas tardes de verano, el cielo se había puesto color púrpura pálido"
Pálida luz de las colinas. Kazuo Ishiguro.
(una absoluta belleza la forma de escribir de Ishiguro...Gracias a Natalia por su descubrimiento)
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