Celebramos para ser conscientes de nuestra provisionalidad y también para, mientras nadie dicte lo contrario, dar fe de que somos eternos.
Y son estas celebraciones instantáneas únicas para festejar la alegría que, decía el poeta, ya estaba siendo recordada antes de comenzar a ser vivida.
Nos encontramos diferentes generaciones, y la tipología que nos diferencia es cómo hemos abrazado a quienes hoy celebramos y nos reunen. Algunos de nosotros los tuvimos en brazos desde que nacieron, otros -más contemporáneos en fecha de nacimiento- los tomaron en abrazos en profundas horas de la noche y el desvelo y otras -las más pequeñas- ya fueron llevadas por ellos en brazos al nacer.
Se acumulan el tiempo y las edades en la celebración y los presentes y los ausentes, en unas horas que serán únicas y donde muchos nos encontramos de nuevo, otros por primera vez y algunos nunca quizás volvamos a vernos.
Celebramos para exaltar la memoria y el recuerdo. Sencillamente para poder llevarnos algo al final de todo esto, algo como lo que decía Romano: la nana de su madre cuando era niño, el rostro de Elisa en aquella primera vez o las noches de Rusia. Y que este día se agregue perfecto a esa memoria y a la celebración de belleza.
Porque por encima de muchas cosas, ellos dos son encargados de cuidar la belleza y sus representaciones.
(la lista de canciones que seleccionaron para la ceremonia el 08 06 2019)
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