

tu costado herido de luz y niebla.
(En el corazón de casa. Tan lejos, tan cerca)
Suelo volver. Ya no tengo dedos para contar las veces que he vuelto.
Los días consisten en ir dejando o recogiendo trozos del pecho por allí donde pasamos.
Esos escenarios y personas que nos transitan y transitamos. Imperfectos, imperfectas.
El débito final será llegar. Llegar así, imperfecto pero con la sorpresa intacta.
Este es uno de los mejores lugares del mundo para sentarse y contar los nudos en el pecho.
Tendrías que haber subido aquí conmigo.
No sería Estambul o el parquecito ese que frecuentas ahora. Pero casi. Más. Mucho mejor.
Goal. ¿El Sueve? Goal.
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